Hay gestos y costumbres que se están perdiendo. Pasa lo mismo con las tradiciones, no sé si es por vaguería, por falta de tiempo o por evolución, yo creo que es más bien por lo primero. La primera vez que me enamoré de alguien fue también la primera vez que empecé a darme cuenta de que los gestos de la otra persona, se nos quedan impregnados en la piel. Gestos, manías, expresiones, que hoy en día hacemos inconscientemente, pero copiamos, nos apropiamos de ellos y se los arrebatamos. O buscamos esos mismos gestos (ese guiño de ojos, cómo se aparta el flequillo, cómo sonríe) en alguien más. Nuestra personalidad se forma a partir de la gente con la que nos rodeamos. Es verdad, nuestras raíces son fundamentales, porque de ahí venimos. Pero está claro: nada como un buen amante al que copiar. Ahora que todos somos tan auténticos, buenos, especiales y refinados, la palabra “copiar” me parece hasta bonita.
Mi abuelo murió hace ya cuatro años. La mejor herencia que me ha podido dejar ha sido su amor por los libros, el sarcasmo y el sentido del humor elegante, burlón, e inocente, ¿hay mejor herencia que esa? Sus gestos me persiguen, a veces me pregunto si es él, que juega al despiste y sigue recordándome que está aquí conmigo. Yo le dejo que se ría de mí, que me guíe y me siga enseñando. Supongo que someterte a copiar a alguien en los gestos, es el precio a pagar de no querer olvidarle. A lo largo de mi corta vida he abrazado a muchas personas. Sin embargo, uno de esos abrazos se ha quedado conmigo. Fue a mi padre tras enterarnos de la muerte de mi abuelo. Todo su peso se abatió sobre mi cuerpo, el corazón se me salía del pecho, siempre sé como actuar (me educaron muy bien, es decir, con decoro para ser correcta en cualquier situación y no liarla o salirme de “la línea”), pero el sufrimiento traspasó dos cuerpos deshechos intentado reconstruirse a base de calor, de sentirse en casa. Es tan bello abrazar, tan íntimo —dejarnos sostener por otra persona. Escribió Eduardo Galeano: “El sistema, que no da de comer, tampoco da de amar: a muchos los condena al hambre de pan y a muchos más condena al hambre de abrazos”. Entonces, puedes casarte, tener cientos de amigos, irte a veranear a Ibiza, alquilar un barco, hacer el amor todos los días de la semana, salir en Gran Hermano, apuntarte a pilates, dejar de beber o emborracharte hasta caer, forrarte dirigiendo una multinacional chulísima, dedicarte al arte, leer libros, comprar acelgas ecológicas, mudarte a Bali, hacer vídeos en TikTok, tener tres amantes o adoptar un caniche. Que al final, lo único de lo que estamos absueltos de copiar, apropiarnos o arrebatar a alguien, son los abrazos. Nunca niguno sobra, todos son diferentes, en ellos te sientes a salvo.
No hay ni un solo día que pase que no me acuerde de mi abuelo. Lo digo con pena, rabia y enfado, pero sin ninguno remordimiento, porque dime, ¿qué haces cuando quieres abrazar a alguien que sabes que nunca volverás a ver? ¿dónde quedaron los abrazos que nos faltaron darnos? Los sigo buscando, supongo, en otros hombres, en mi padre, en el jazmín, en los libros. Me empeño en demostrar que soy fuerte, una mujer independiente que no necesita a nadie. Mentira. Ojalá besar más, y decir menos tonterías, y buscar la aceptación y el perdón, y ser más consciente de que un día no estaremos aquí, pero que habrá sido divertido y merecerá la pena. Y sobre todo: poder abrazar sin miedo.
Te echo de menos, abuelo.
El arte es imposible de copiar. Puedes imitar, incluso hacerlo muy bien, pero nunca vas a poder robarle el alma. Y sin alma, no hay arte, hay decoración.
. LOEWE FOUNDATION Craft Prize 2025. Exposición en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza del 30 de mayo al 29 de junio. Una serie de obras expuestas que halagan: tradición, rituales diversos y el conocimiento transmitido de generación en generación. Algunas de estas piezas parecen salidas de cualquier fantasía o capricho; otras dejan ver claramente al artista, como si todavía estuviera ahí, tocándolas y observándolas.
Buen fin de semana,
Sofía
Los abrazos pueden salvarnos de mucho. Están los abrazos físicos y directos, y los abrazos con el corazón. Seguro que a tu abuelo le llegan estos últimos🌷
Si, como dice Aitana, hay música en el cielo, seguro que también hay abrazos ❤️